Eva Biginelli (nacida en Turín en el año 1962) comienza a viajar desde muy jóven. Primero, para perfeccionar sus estudios de interpretación, después, por trabajo. Pero siempre continuó viajando por pura pasión. Las primeras metas fueron los países del hemisferio norte, desde Groenlandia hasta Alaska, donde aún sobreviven pueblos indígenas. Después, el hemisferio sur, desde el Amazonas hasta Sud África en busca de modos de vida aún en contacto con la naturaleza, llenos de desafíos a las capacidades y resistencia humanas.

Al final de los años 80, después de haber experimentado en primera persona el declive de la población indígena norteamericana, Eva se va a África durante algunos años  y ahí trabaja, por cuenta propia, como periodista para la “ BBC Worldvision TV”. Con este  trabajo, entra en contacto con poblaciones de África que en aquellos años estaban sufriendo grandes carencias debido a la guerra: somalies, etíopes, eritreos, keniatas, ugandeses, ruandeses… pueblos demasiadas veces castigados e incapaces de reaccionar a la llamada “ayuda internacional”.

Eva queda emocionalmente afectada por las poblaciones del Sur de Uganda, concretamente de Nkoni, país que dispone de tierra fértil pero que, sin embargo, se encuentra abandonado por falta de gente para cultivarla. En esta zona, el sida ha arrasado con casi toda la generación de adultos, dejando desprotegidos a los mayores, a los niños y a las mujeres, que intentan organizarse en grupos para garantizar el crecimiento y el cuidado de las decenas y decenas de huérfanos.

De regreso a Italia, a mitad de los años 90, Eva, afectada por esa realidad, para muchos desconocida, se propone a ayudar a los niños de Nkoni tratando de brindarles una esperanza para el futuro. Funda, con la estrecha colaboración de Christopher Kalemba, una miembro de la comunidad que conoció durante su estancia en África, la escuela de Nkoni.

Desde Italia, Eva se encarga de recoger fondos para que la escuela pueda seguir existiendo.

Su pasión por el medio ambiente la lleva a colaborar con la asociación  “Legambiente Ecopolis Torino", un grupo de torineses que comparten con ella la necesidad de un compromiso social. Al cabo de poco tiempo, esta asociación adopta este proyecto de Nkoni como su prioridad y, con el paso de los años, la escuela pasa a ser parte de sus actividades “históricas”.

A finales de los años 90, Eva decide irse de Turín, y en el año 2000 se traslada definitivamente con sus dos hijos y su pareja al Valle de Pellice. Su dedicación por Nkoni continúa y sigue manteniendo el contacto con Christopher, el referente local del proyecto, así como con los patrocinadores italianos.

 esta página ha sido traducida al español por Esteve Dandachli